29 dic 2018

MARATON SOLIDARIO DE ROCK


El Viernes 14 de Diciembre tuvo lugar en el Charles Tavern de Vargas, el primer maratón solidario de Rock.

ZERO COBERTURA, DOS PAJAROS & UN TIRO, RICTUM, CANTAEBRIA Y SINBAT, fueron las bandas elegidas para amenizar la noche. Siendo estos últimos los únicos con temas propios ya que los tres primeros eran especialistas en versiones.

La idea era recaudar comida no perecedera para las familias más desfavorecidas y la verdad es que se superaron las expectativas porque los asistentes o bien lo trajeron de casa o lo compraron al dueño del bar para solidarizarse con aquellos más necesitados.

Iba con la idea de disfrutar de una buena noche de rock and roll apoyando una causa que realmente merecía la pena, y la verdad es que volví a casa bastante decepcionada.

Para ser un maratón solidario donde reinó el buen hacer en cuanto a lo referente de ayudar alimentariamente, se perdieron todos los puntos (desde mi percepción personal) entre las propias bandas.

Los grupos no respetaron los horarios prefijados antes de que comenzaran las actuaciones, por lo que mientras las primeras bandas mostraron al completo su repertorio, los últimos, SINBAT, no pudieron tocar más de cuatro canciones porque ya se pasaban de la hora indicada, casilas 2 de la mañana.

Por lo tanto me pregunto: ¿Dónde quedó la solidaridad del evento? ¿Por qué no se respetaron los horarios y se hizo caso omiso a las continuas señales? ¿Por qué SINBAT no pudo cumplir ni la tercera parte de su repertorio cuando su bajista: VERÓNICA VALDEZATE fue la encargada de sonorizar el Maratón desde horas antes y durante todas las actuaciones?

Por no hablar de la escasa comunicación cuando varias de las bandas eran grupos de versiones de pop y de rock, que repitieron varios temas, por lo que creo que también les falló el no haberse puesto de acuerdo, al menos por redes sociales, para no ofrecer al público un setlist repetitivo.

Lo más lógico cuando se conoce el cartel de los eventos, y contando todos con redes, es preguntar qué setlist se va a utilizar para que el público no se agobie.

Al menos, se dio un gran espectáculo y se consiguió lo que se quería: recaudar comida no perecedera. 

Parece ser que lo de recaudar valores y fraternidad entre bandas va a costar muchísimo más tiempo y esfuerzo.

ZERO COBERTURA: Con una voz muy orquestal y buenos músicos, nos deleitaron entre otras canciones con:Un buen castigo de Fito & Fitipaldis, No puedo vivir sin ti, Insurrección, Si no te hubieras ido, El Límite, La chica de ayer, Mucho mejor de Los Rodríguez, No hay tregua de Barricadaun popurrí de canciones del gran Joaquín Sabina, y Soldadito Marinero de Fito con la que demostraron de que a pesar de haber elegido un repertorio lento podían desmelenarse en los últimos acordes y mover al público.

DOS PÁJAROS & UN TIRO: Para ser solo dos músicos me sorprendieron gratamente porque demostraron que cuando se tienen ganas, se tienen tablas y se es músicos de verdad basta una guitarra y dos voces para levantar al público desde la primera canción. 
Sin Documentos de Los Rodriguez, Rojitas las orejas, Una banda de rock and roll, Límite con Victor Bardal, Gigantes de Antonio Vega, La chica de Ayer, Déjame deEnrique Urquijo, Carolina de M-Clan, Insurrección de El Ultimo de la Fila, la mítica ‘Bailaré sobre tu tumba’, No puedo vivir sin ti, Soldadito Marinero.

RICTUM: Ritmo del garaje, Sufre Mamón, Bailaré sobre tu tumba, La liberación, La mataré y ‘Come ranas’ entre otras canciones.

CANTAEBRIA: Estos chiquillos, para la juventud que se gastan, saben muy bien lo que es ofrecer un auténtico espectáculo que levante de cualquier silla a los presentes. Hasta el más tímido gritó junto a ellos y movió las caderas al ritmo de sus canciones. Imposible no perder la seriedad con Victor Quevedo García, más conocido como Bardal, ya que es un crack que se come el escenario y que no paró quieto ni un solo momento. El setlist escogido fue; WholeLotta Rosie, Más chulo que un ocho, El Blusete, Acero y Plata, La Locomotora del Amor (uno de sus temas más vitoreados siempre) y Vamos muy bien.

SINBAT: Quienes conocemos a esta banda afincada en Los Corrales de Buelna, ya sabemos que es sinónimo de buena música y cachondeo. Martilleando, Perder mi tren,Intransigentes, En Balde, Noche de Halloween (versión), fueron los únicos temas que pudieron tocar debido al retraso que llevaban por culpa de los excesos temporales de otras bandas. Los fans nos quedamos con ganas de más, pero ya eran horas de cortar el sonido, recoger todos los bártulos y volver a casa antes de que la policía le diera el toque de atención al dueño del Charles Tavern por las horas.
Una buena noche de música en directo que bien podía haber sido perfecta. Para reflexionar.

11 jul 2018

CRÓNICA: SINBAT en El Surtidor de Sarón


El Jueves 28 tenía una cita muy importante en Sarón. Tocaban en “El Surtidor” mis chicos de SINBAT y después de Santander ya había ganas de verles otra vez.

Mi cuerpo tenía muchas ganas de concierto y estos chicos siempre consiguen hacerme olvidar todo.

Comenzaron con retraso y sin bajista, ya que Verónica llegó un poco tarde por motivos laborales. Y aun así pusieron toda la carne en el asador para dar un buen concierto desde el minuto uno.

Abrieron la noche rasgando en silencio con el track número tres de su “Guerras Pendientes”, titulado Martilleando. La voz de Aitor susurró: Probablemente estás mirando amanecer desde un balcón, lejos de nuestra historia… y los presentes empezamos a desperezarnos.

Le siguió la eléctrica Perder mi tren, y aquellos que estamos acostumbrados a vivir en continuas montañas rusas nos sentimos identificados enseguida con la letra de esta canción y no pudimos evitar dejarnos las cuerdas vocales: Ya lo ves, otra vez pierdo el norte. Llega la locura cuando dices “ven” y no es que me importe…Ya me acostumbré a perder mi tren.

Cuando llevaban unas tres o cuatro canciones llegó Verónica, se colgó el bajo, y la banda al completo siguió repartiendo Rock and Roll con más seguridad. Y es que para los amantes de la música, cuando no están todos los instrumentos, sentimos que nos falta algo, que hay silencios que no se llenan, y eso se nota también sobre la tarima. Y más cuando al bajo está la carismática Verónica que con sus sonrisas y sus poses encima y bajo el escenario es capaz de meter en el concierto hasta al asistente más despistado.

Fue el turno de A Cal y Canto, que ya se ha convertido en todo un himno de su último disco publicado. Nos faltó la voz del gran Martin Romero, pero oye, no se puede tener todo en la vida jeje Una gran pieza cuya letra se te mete dentro desde la primera escucha: Dime viejo amigo, que un día fuiste casi hermano, ¿Cuál inevitable ha sido lo que te ha pasado? Dime viejo amigo, ¿a qué coño estás jugando? ¿Por qué imploras suerte y te cierras a cal y canto?

Con la marchosa de voz poética y tranquila Cuerpo a Cuerpo, seguimos disfrutando de la noche y del buen hacer de la banda, con la magia que regalaban unos acordes en un anhelo de dar de bruces en libertad, y del solo de guitarra de Víctor que consiguió transportarnos a otros mundos paralelos.

El ambiente se siguió caldeando entre cervezas, saltos y desgarros de voz, Mi Dios y Mi Norte, Días de Duelo (canción que da nombre a su maqueta), y Sepultura fueron algunos de los temas propios que cedieron su trono a la versión de “Chiquilla”, que particularmente me hizo saltar y bailar como a una loca.

Regresaron a su setlist con Intransigentes, un canto de inconformismo y rebeldía, que siempre nos hace vibrar y recordar de dónde venimos, para después volver a ceder espacio a un cover de un clasicazo del Rock and Roll, de los grandes BARRICADA. Veo todoooooo en blancooo y negrooo. La verdad es que estos chicos saben cómo ganarse al público tanto con los temas propios de letras cercanas de puro rock-folk, como con las versiones de los grandes del género.

Y llegó el momento de ponernos un poco cariñosos con el tema Por hacerla Sonreír, e intentamos ayudar a Aitor con los coros como mejor pudimos. Quisimos detener el tiempo por unos instantes entre murmuros desenfadados: Por hacerla sonreír, cuento con estrellas la ristra de besos que abarca su cuerpo, por hacerla sonreír, destrozo el reloj y se detiene el tiempo.  Para después dejarnos guiar por ellos en Nuestros Pasos, cuya intro de Paula a la flauta estremece y pone la piel de gallina, y acabar volviéndonos totalmente locos con la versión “Perro Verde”, todo un himno para los amantes de MAREA.

Al perro le siguió mi canción favorita de SINBAT: En Balde. Una canción que desde la primera nota de la flauta ya me saca una sonrisa y cuya letra siempre consigue darme esa chispita de energía que necesito y más cuando la noche comienza a acumularse y el cuerpo ya está mareado de tanto moverse.

Los chicos se despidieron con Libre y Gato en el Callejón, y por ser la última canción tarareamos con todas nuestras fuerzas: Y grita lo más alto que puedas, perdamos la vergüenza y la voz… sabiendo que la noche de rock estaba llegando a su final.

Y así acabamos al día siguiente, con el cuerpo molido y la voz perdida en algún lugar.

SINBAT nos fulminaron con su concierto en Sarón y nos dejaron con las ganas de volver a vibrar con su Rock and Roll de letras especiales y sinceras, con su magia, su juventud, sus tablas sobre el escenario y con esos acordes tan especiales de flauta y teclado, que consiguieron hechizarme desde la primera vez que les vi de teloneros de Bocanada (como Vero me recuerda siempre).

¡A seguir así, chicos!

21 feb 2018

CRÓNICA DE “A PASO DE VAQUERO” en ALQUIMIA TAVERN

La cita era un 15 de Febrero a partir de las 21:30 horas en el Alquimia Tavern de Los Corrales de Buelna. Venían para presentar su trabajo: PIEDRAS.


Dado que por trabajo me pierdo casi todo, y que necesitaba desconectar con buena música en directo, no podía dejar pasar esta oportunidad de descubrir a esta banda que conocí únicamente porque toca el bajo: Verónica Valdezate (bajista de SINBAT).

Quién me conoce bien sabe que el género pop-rock es demasiado blando para mí, pero aun así decidí lanzarme a descubrirles y lograron sorprenderme. Tienen carisma y se compenetran muy bien entre ellos, cada uno tiene capacidad para destacar en su instrumento, tienen personalidad y hay ese rollito de banda que se palpa y que es de agradecer.


El Alquimia Tavern estaba preparado para dejarse de llevar con estos chicos que tenían muchas ganas de actuar y darse a conocer.

Yo solo conocía los temas de su último disco, y disfruté cada uno de ellos, incluidas las versiones, algunas muy conocidas, como si llevase mucho tiempo escuchando A PASO DE VAQUERO.

Comenzaron la noche minutos después de las 21:30, porque como buenos músicos nos hicieron esperar.

Enseguida entramos en ambiente y nos llevaron de su mano a través de un Viaje a tu recuerdo, para que después nos perdiésemos en Las llamas de mi fe, y nos susurraron «Cuando todo acabe y se apague la luz, seguiré brillando para ti…». Fue  imposible que mi mente no viajase en busca de esa estrella que me protege y que sigue ahí a pesar de la niebla y la oscuridad.

Si algo me quedó claro desde el minuto uno es que las letras de las canciones son versos que salen desde lo más profundo del corazón de su creador Juan Carlos Argüeso, “Vaquero”, voz y guitarra, y eso hace que cada melodía tenga algo especial con lo que conectar si se sabe leer entre líneas.

Con «Mejor si te digo lo que pienso, mejor si escucho una canción» la noche siguió cayendo entre cambios de tempo y guitarreo y nos vimos atrapados en Ciudad Olvido para acabar gritando: Ahora es demasiado tarde Princesa, búscate otro perro que te ladre princesa... Esa cover del gran Joaquín Sabina, que a mí personalmente me encantó porque mi historia con Joaquín viene desde muy lejos y porque la voz de Vaquero es tan distinta a la original que gusta escucharla.

Los acordes de Brujas, canción dedicada a las groupies de la banda, pusieron la nota de diversión antes de que la voz y el ambiente cambiaran totalmente para tornarse melancólicos con los trazos de Mojado y hundido. Una canción tan bonita como triste, de esas que se cuelan dentro, que duelen. «Me falta el aliento no hay ganas ni de respirar, hoy sé que me va a molestar, que tu voz, no la acerque mi viento…»

A Paso de Vaquero siguieron deshaciéndose con un ritmo de toques blues para dejarle claro al mundo que: Si vas a venir a comprarme, no voy a salirte barato con una de las canciones con el estribillo más pegadizo del repertorio.

Y con el final de la canción llegó el momento de una nueva cover: Voy en un coche impregnada de ese regustillo que dejan los clásicos y que siempre sacan una sonrisa.

No era domingo sino jueves, pero los chicos nos regalaron Los Domingos también hay Rock and Roll, y junto a ellos cantamos «Cuando todo se queda dormido, la ciudad, se escucha mejor, solos tú y yo en el camino, quemamos un poco de amor…» Porque la vida sin rock and roll no merecería tanto la pena ¿verdad?  

Después del silencio llegó el superhéroe susurrando «Esta ya no es mi casa, estas no son mis palabras, me hago fuerte entre extraños, sellados quedan mis labios…» para después dar relevo a la canción que más me gusta de este último trabajo, titulada: Cállate. Una canción directa, sentida, deslenguada, con ese derroche de rock que tanto me encandila.

Y nos callamos y nos brindaron con una nueva cover: Pienso en aquella tarde para que los presentes que los veíamos por primera vez nos sintiéramos más integrados, tanto que acabamos abriendo las alas junto a la banda para rompernos sin remedio con la canción, antes de dejarnos llevar a un nuevo lugar como Bonnie and Clyde, sin importarnos las reglas, ni lo que pensasen de nosotros, para pasarlo bien, bien, bien. Personalmente me encantó el aire canalla que desprende la voz de Vaquero en esta pieza.

Para finalizar hubo una sorpresa en forma de dedicatoria para una chica del público con una versión de Fito Cabrales que nos hizo cantar a todos, y una nueva cover de esas que por algún motivo arañan la piel pase el tiempo que pase: “No dudaría”. Un acierto total.

A Paso de Vaquero, con la media noche amenazando el reloj, cerraron su actuación con el tema que da nombre al disco Piedras, haciéndolo tan bien que nos dejaron un gran sabor de boca. «Somos la cara oculta, de una mar que no se ve, nadando a la deriva dejándonos la piel…» Y es que si algo hacen estos cuatro locos es dejarse la piel sobre el escenario, cada uno lo da todo en su instrumento y se acoplan a la perfección entre bromas y sonrisas.

Fueron una grata sorpresa que recomiendo a todo el mundo. En directo suenan mucho más potentes que en el disco, y nos regalaron una gran noche de pop-rock de esas que calientan el alma cuando vuelves a casa sola dejando tu huella en los charcos de la lluvia que había mojado las calles y de las que ni siquiera habíamos sido conscientes durante la actuación.  

*Rebeca Bañuelos.