¡Queridos lectores!
Hablar de Marisa Sicilia es
hacerlo de la alta calidad en sus obras, de las emociones intensas que arrollan
la sangre, de las tramas genialmente trabajadas y de las historias documentadas
al dedillo.
Por ello, su publicación más reciente titulada: EL ÚLTIMO BAILE, no podía ser más que otro
éxito, otra novela que admirar, con la que suspirar y que se cala muy hondo
dentro del corazón del lector por muchos motivos.
Es una obra preciosa, con tanto significado, con
tanta historia acontecida dentro de sus páginas, que se convierte en un
imprescindible para todo ser humano. ¡Te guste la literatura romántica o no,
tienes que leerla!
+Sinopsis:
"Viena, 1952.
Andreas y Lilian se reencuentran inesperadamente en
un café tras una larga separación. Mientras pasean juntos por el Prater, Lili
recuerda su historia de amor con Andreas, su enamoramiento incondicional y
juvenil, el primer desengaño, el fracaso en su intento de olvidarlo, la
reconciliación y los años locos que vivieron juntos en el salvaje Berlín de entreguerras.
Recuerda cómo, a pesar de las separaciones y las distancias, nunca dejaron de
amarse.
Porque el de Lili y Andreas es uno de esos amores
que perduran a través del tiempo y las pruebas.
Porque las verdaderas historias de amor nunca
terminan."
Con una pluma
bella y poética, un estilo ágil y cadencioso
y un lenguaje elaborado y cuidado al
máximo, la autora nos hace viajar a la Viena de 1952 para luego transportarnos
a la de 1921, al Berlín liberal de pensamientos democráticos e ideales
comunistas, de cafés y cabarets donde la noche siempre acababa bien, pero también
al Berlín de ideas nazis, a la época de las complicaciones, de la hambruna, del
nacimiento del odio entre alguna parte de la población, de las razias (La noche
de los Cuchillos Largos, la noche de los Cristales Rotos), de los pogromos
contra los judíos, de los guetos, de los campos de concentración, de la
sinrazón y de la guerra.
A través de Lilian y Andreas, dos personajes principales tan opuestos que
se atraen desde el principio como imanes, genialmente perfilados, iremos
descubriendo cada entresijo oculto tras las calles de una Viena y de un Berlín
que no conocemos, pero que quiénes hemos viajado podemos llegar a imaginar como
ese fantasma cuya estela aún sigue brillando en el presente.
Mientras leía los últimos pasajes de la novela me ha
sido inevitable no acordarme de mi viaje a Berlín. He regresado a sus calles
con pies temblorosos, he cerrado los ojos y he vuelto a ver los agujeros de la
metralla en las fachadas, la gloriosa puerta de Brandeburgo, el monumento al
Holocausto, las calles donde se vivieron momentos trágicos. He revivido mi visita
a los campos de concentración aunque no sean los mencionados en la historia. He
tratado de imaginar una Alexander Platz más antigua, los cuarteles de la
Gestapo cuyas ruinas han destapado la historia silenciada para algunos y la que
a día de hoy se abre paso en cada museo histórico.
Pero regresemos a lo importante…
Con personajes
secundarios que cumplen el papel designado con una exquisitez absoluta,
personajes a los que amaremos, otros a los que odiaremos, pero que no nos
dejarán indiferentes, Marisa consigue completar
su obra dotándola de significado propio.
La autora nos regala una perfecta ambientación que te
enamora a cada párrafo leído, gracias a la Viena de naturaleza radiante, de vidas
que comienzan a volar, de reencuentros, de mundos llenos de posibilidades, que
te emborracha los sentidos y la sangre con el Berlín liberal y que te encoge el
alma con ese lado oscuro de la ciudad, de esa Alemania hiriente.
Con unos diálogos
directos, explicativos, envolventes, emocionales, realistas. Con escenas y momentos que se clavan en la
retina para no abandonar, que se cuelan entre los resquicios de la sangre y
hacen que esta tiemble impregnándola de sentimientos que escuecen.
Con una trama
principal guiada por saltos en el tiempo y recuerdos que nos hacen suspirar,
con esa intensidad emocional y esa belleza que es característica en la autora, con unos personajes principales peculiares, inconformistas para la época, rebeldes,
soñadores.
Algo que siempre va ligado a Marisa Sicilia como autora, sus historias nunca son una obra
más dentro de muchas, siempre consigue destacar muy arriba, que nos enamoremos locamente de sus
personajes por el realismo que desbordan, por la nostalgia que suspiran sus
páginas, por esa mezcla entre oscuridad y luz, esas sombras y tonos grises que
dominan la narración mostrándonos el camino del verdadero amor.
Siempre consigue unos personajes masculinos con un
toque canalla pero arrebatadores, y unos personajes femeninos que asumen el
peso de la narración, que sufren desventuras de las que al final salen
vencedoras espiritualmente. Heroínas de carne y hueso. La evolución que siempre
se respira en sus obras es lo que realmente hechiza y siempre está mostrada de
la mejor manera por la belleza de su prosa.
Y el AMOR,
un personaje más dentro de la historia. Ese amor desesperado, loco, del que nos
trastorna, del que nos hace saltar hacia el vértigo de los sucesos inesperados,
que nos llena de miedos pero que nos hace vencerlos. Ese amor bonito y
romántico pero también realista y doloroso que nos cambia la vida y nos hace ser quienes somos.
El último baile no es solo un Vals vienés perfecto con uno de los finales más bonitos
de la romántica, tan vívido y tan lleno de luz, tan detenido y evocador, es una
historia preciosa de amor tempestuoso, de realidades dolorosas, de sueños y
anhelos que tienen que esperar a su debido tiempo para cobrar vida. Es una
historia mágica que habla de realidades sociales, de desigualdad, de crisis
bancarias, de guerra, de racismo, xenofobia, de cómo cuando no alzamos la voz
para impedir un suceso de nada vale criticarlo después, de esa conformidad del
ser humano mientras no nos tambalee la vida que tenemos.
EL ÚLTIMO BAILE es
una obra que estoy segura de que generará conciencia, porque a pesar de
transportarnos a otra época, a pesar de que las desventuras amorosas de los
protagonistas son el enclave principal, hay sucesos que siguen tan de moda...
No nos podemos olvidar que todo en la vida son
ciclos circulares, y hay una parte dormida de la sociedad que debería despertar
y no olvidar. Así que por mi parte, solo puedo darle gracias a Marisa por luchar a base de palabras para recordarnos,
de esta forma tan bonita, la historia pasada y el mundo por el que hemos de
luchar cada día si no queremos arrepentirnos después.
+No sé si habré conseguido expresar todo lo que me
ha producido esta lectura que recién terminé ayer. Sigo en periodo de reflexión
y reposo porque está impregnada de tantísimos matices, que solo puedo invitaros
a que lo descubráis por vosotros mismos, a que os sumerjáis en este viaje
hermoso, en este Vals épico y
evocador.
-De lectura totalmente obligada.
Mil gracias Marisa por todo lo que tú sabes.