El jueves 1 de diciembre, tuvo lugar en Sarón, la vuelta de los NEL TARDÍU.
Después de un parón de casi tres años, aquellos que se pasaron por El Surtidor, un bar siempre dispuesto a las bandas en directo y al Rock and Roll, pudieron disfrutar de su regreso y de la celebración de su 25 aniversario. Aunque la formación ha variado con el paso de los años, lo que no ha cambiado es el espíritu festivo y de cachondeo que desprende el Diablillo Rojo.
Tras acabar el partido de fútbol, dieron comienzo a su show tras varios intentos de prueba de sonido porque no les había dado tiempo, por los diferentes horarios de trabajo y llegada.
Hubo problemas técnicos casi durante toda la velada, pero aun así dieron lo mejor que tenían, y eso es lo que verdaderamente importa cuando se trata de disfrutar de la música en directo.
Si algo caracteriza a NEL TARDÍU, es que su propósito principal no es lucirse entre egos con los instrumentos, sino hacer que la gente que ha ido a verles se lo pase de puta madre. Y lo consiguieron con creces. Todos ellos sabían lo que tenían que hacer para deleitar al público y entretenerlo.
Tras la Intro dieron paso a Treboleska, que con su ritmo regala esa chispa de vidilla que todo el mundo necesitaba para entrar en calor y que a su vez tiene una letra muy clara con la que cualquier cantabru se puede sentir identificado...
«Abora voi contar la historia d’ una tierruca humildi, ondi cuatru ricachhonis andan estrozando’l monti, y esu que más da, a nós damos ingual, mientras tengamos casuca bien tresná! Al pasar el trébole, el trébole, el trébole, la nochi de San Juan…»
Fiesta, que habla de Francisco Vazquez el de Carandía, y del día a día de las personas rurales, de lo importante que es vivir la vida como uno la quiera vivir, aprovechando cada momento.
«Ero Francisco Vazquez García, y ondi vivo es en Carandía, Defiendu a ultranza la mi tierruca, con picu, dalli y colodruca…»
Después de la festiva: fiesta, llegó el turno de La Dama. Carlos abrió las primeras voces y enseguida obtuvo respuesta: «Ni por la gracia de un Dios (oh oh oh), ni por la Dama del Lago (Lála lára lá), NO keremos ningún Rey (no, no, no), ni ningún jefe de estado (Loró Ló Lóro)
La música retronó siguiendo el ritmo marcado por Andoni a la batería, para abrir paso a la canción más reivindicativa del grupo y que a mí, personalmente, me hizo levantar el puño derecho con orgullo al tener presente la historia acontecida por mucho que haya quienes la quieren enterrar dejándola muda, ciega y sorda. Me hizo recordar viejos sueños de adolescente y viejas luchas familiares que llevo ancladas a la sangre.
«En Conceju vamos a
tomar, nuestras propias decisiones, sin ser súbditos del kapital, ni de unos
gobernadores…
Kodo con kodo vamos a sembrar kampos de rebelión, y nuestros hijos podrán kosechar autodeterminación…»
Tras una canción soñadora llegaron Al Albiar y a Galopar, para dejar claro una vez más lo que hace de NEL TARDÍU una banda diferente a las demás. Su música bebe pinceladas ska, y tienen raíces propias con su folk marcado por la gaita en manos de Pin, y las letras siempre andan bebiendo de la fraternidad, de la unión y de lo que nos hace iguales, que para diferencias ya existen bastantes.
Muchas personas quizá ni se detengan a intentar descifrar las letras que narra Markitos con voz cazallera. Si lo hicieran se darían cuenta que son un grupo con muchas cosas que decir, que a día de hoy todavía tenemos muchas cosas que aprender de nuestra tierra, y que en esta nueva sociedad hay luchas que parecen estar muertas.
La siguiente canción fue Montañesas de Mordor, y le puso el toque divertido a la velada, contándonos lo que deben hacer los mozus de aquí para casarse kolas mozas.
Tras las risas,
llegaron de nuevo los silbidos y los bailes revolucionarios, para traernos una
versión especial del Bella Ciao.
«¡Oh, Guerrilleru,
marcho contigu, o bella ciao, bella ciao, bella ciao, ciao, ciao.
oh Guerrilleru, marcho
contigu porque me sientu aquí morrer.
Y si yo caigo, ena
guirrilla tú me tiés de suterrar. Cava un joyu ena montaña baju’l sombriegu
d’una flor, asina la genti cuandu la vea se dirá ¡qué bella flor!
Sedrá la flor, d’un
guerrilleru muertu pola libertáa. »
Una vez más, la banda NEL TARDÍU, nos hace bailar y reflexionar sobre esos sentimientos dormidos, que a veces se apaciguan demasiado con la rutina del día a día.
Tras el Bella Ciao, decidieron animar a todos los presentes con una canción conocidísima por todos los cántabros y de la que ellos han hecho su propia versión en la letra. “La Juenti Cachu”.
“Nu somos naa”, un himno de la Polla Records que ellos han adaptado, devolvió el pasado al presente y nos hizo saltar, dándonos protagonismo a las mujeres que nos sentimos obreras, brujas y muy rebeldes. ¡Gracias, chicus! «Somos las nietas de todas las brujas ke nunca pudistes kemar, somos las nietas de las ke perdieron la Guerra Civil…»
Con Scottish-tish, la banda se volvió loca y los asistentes pudimos disfrutar de la camaradería que existe entre algunos de los miembros del grupo, las miradas cómplices y las sonrisas de satisfacción, cuando subirse al escenario se convierte en algo que nace del corazón, algo que une, que hace olvidar todos los problemas y sobre todo que construye. ¡¡Esos Andoni y Bertuko!!
Y la locura no finalizó, sino que fue increscendo con el Chivu Loku, donde Markitos se colgó la careta de demonio y la guitarruca de cartón, Carlos movió sus melenas y Pin se convirtió en el Gaiteru del Metal.
Santander Kalimotxera nos hizo saltar a todos, continuando con una fiesta imparable en un ambiente que nada tuvo que envidiar a los grandes conciertos, convirtiendo la noche del jueves en algo especial.
“Al Racing” puso el toque futbolero de nuevo, después de que muchos acudieran a ver el partido de España y Japón, y “OBDC” trajo de nuevo las letras más rojas en las que el corazón siempre está a la izquierda.
“4pañuelukos” nos devolvió las canciones montañesas de la tierruca y con “Trabaja Negro” regresaron a su set-list más cañero, rebelde y obrero.
Tras la “Dispidía”, tuvieron que repetir varias canciones, entre ellas Santander Kalimotxera y Bella Ciao, porque el público tenía ganas de mucha fiesta y no querían que se marchasen.
Para llevar varios años sin tocar, NEL TARDÍU nos demostraron que les queda mucha caña en el cuerpo para repartir y muchas cosas que decir.
Gracias chicos por una gran noche de rock, ska y folk, donde me hicisteis olvidar todos los problemas y malestares. ¡Sois grandes!
¡Una noche inolvidable por muchos motivos!
¡A seguir petándolo en los próximos conciertos!