Ya sabéis que al igual que no puedo vivir sin
escribir y sin leer, no puedo vivir sin buena música. Y que siempre que podemos
mi heavy y yo nos vamos de concierto para recargar las pilas, fabricar
recuerdos y regresar a casa sin huella de rutina.
Este Viernes, 15 de Mayo, nos fuimos a Santander
para ver a la banda de rock: SINKOPE en su nueva gira “Limando Rejas Tour”, presentando su nuevo disco llamado “Museo de Rejas limadas”.
Para aquellos que no conozcáis
a la banda extremeña, y queráis descubrir a este pedazo de grupo de rock con
letras que son poesía pura, ya que soy de las que opina que Vito Iñiguez posee
una de las mejores plumas del rock nacional y sus letras son exquisitas, os
dejo su web.
Después de la resaca de emociones que no de alcohol,
con la voz ya recuperada y sin rastro de las agujetas, me dispongo a contaros lo
bien que nos lo pasamos.
Llegamos al escenario Santander minutos antes de las
9, con nervios y ansias de rock and roll para paliar el frío de esta no
primavera por tierras cántabras. A la hora prevista
tuvo lugar el comienzo de la actuación, y aunque nos costó entrar en situación
un par de canciones, cosas del carácter norteño, después nos dejamos arrastrar
por la fuerza de la banda y el ambiente se caldeó un montón. Al menos esta que
os escribe disfrutó como una enana, en primera fila, dando botes sin parar.
En su anterior visita a Santander, el ambiente
estuvo más frío y el público menos participativo, por lo que el Viernes vivimos
un conciertazo de 2 horas de actuación y 18 canciones, que quedará para siempre
en nuestro recuerdo.
La banda rasgó el telón de la noche arrancando
motores con “Mientras Dormías (El Sueño)”,
una canción presente en su nuevo álbum. Vito gritó eso de “He arrancáo,
mientras dormías, flores para mis dolores que en tu boca crecían”, y los
presentes comenzamos a desperezarnos para soltarnos en el precioso estribillo y
liberarnos: Mientras dormías, tú no lo
sabías, yo dormía a tu lado. Mientras dormías…Mientras dormías, tú no lo sabías
yo te estaba soñando...
Los acordes siguieron danzando entre el silencio y nos dejamos
arrastrar por la corriente de buena música, para dejarnos
acunar “A merced de las Olas”: Tomando veneno para cruzar el mar, dieron
mis huesos contra un temporal y estuve algún tiempo a merced de las olas.
Con una nueva melodía llegó el tiempo de “El Caldero y La sed”, single de este
nuevo disco cuyo videoclip deja muy presente tanto el significado de la canción
como la presente situación actual que vivimos en nuestro país, donde por
desgracia muchas familias saben lo que es eso de: nos echamos a dormir esperando encontrar un pozo en mis sueños pa’
ahogar la sed y llenar el caldero de agua y sustento.
A esta nueva canción le siguió un tema antiguo que
siempre ha logrado removerme por dentro. El título no deja indiferente a nadie:
“Matar se me olvida”, y cuya letra
dice mucho más de lo que puede aparentar, para los que sabemos leer entre
líneas. Entre gritos susurrantes nos lanzamos con: Hoy te vengo a susurrar lo que haría yo por ti, por tu sangre y tus
adentros, y no serían monumentos, pues yo no sé esculpir como el agua, o como
el viento. Yo pasaría to el invierno sin el calor de mi infierno, desnudito y a
tu vera y buscaría la manera de tejer sobre tu piel, en enero, primaveras…
Porque
el amor de verdad no debería lastimar. El amor de verdad no hiere ni mata. “Y, si quieres sentir, te vuelvo a rozar, y,
si quieres llorar, te hago reír…Moriría por ti, pero no mataría la inocencia
que hay en ti. Ni a la rosa sus espinas...”
Ojalá llegue el tiempo en el que como bien dice
Vito: Se nos olvide Matar…
Y así al compás de los solos y los riffs de Chino y Alberto,
a ritmo de las cuerdas de Miguel y acompañados por las baquetas de Ferdí, se nos
olvidó matar y nos elevamos de a poquito gracias al aroma de cierto “Humo de Contrabando”. Le dimos las
gracias junto a la banda al gran Rosendo
Mercado en la canción “Agradecidos a
ti” presente en este museo de Rejas Limadas, por sus canciones, por sus
Maneras de Vivir y por enseñarnos lo que es el rock and roll.
Seguimos dejándonos la voz para susurrar a voces: No sangra el viento aun durmiendo entre
rosales, ni aunque se enrede en nubes de alambre de espino. No sangra el viento
por más que lluevan cristales. No sangra el viento ni clavándole cuchillos.
Porque como dice la canción, el viento solo sangra “Cuando no te pones falda”.
Suavizamos las pulsaciones después de mucho saltar y
seguimos haciendo camino bailando lentamente con “El latido”, una canción íntima que nace de adentro, fruto de
sentimientos y verdades que solo la poesía puede contener entre sus letras. Y
nos alzamos guerreros y sinceros otra vez para implorar “Tu sonrisa en vena”, desnudándonos el alma. Porque solo hace falta
una sonrisa sincera para dar cuerda al corazón.
Y la realidad de nuestra sociedad nos volvió a
abofetear entre la bruma del directo, y los presentes no pudimos evitar aplaudir
las palabras de Vito a la presentación de la canción sobre la política de nuestro
país. Y cabreados con el mundo y también un poquito con nosotros mismos por
permitirlo, gritamos: “Político, Católico
y Putero”, con toda la rabia que poseíamos, deseando un cambio de aires.
Después del cabreo nos calmamos para ponernos
románticos, y regresamos hacia atrás en
el tiempo para cantar: “Le voy a cobrar
a tus labios tus miradas”, donde danzamos lentamente para después volver a
desgarrarnos la garganta.
Y la música siguió naciendo, sin prisa pero sin pausa,
y nos sumergimos de nuevo en el Museo para perdernos “En el vientre de un rosal”, y en aquellos lugares que todos tenemos
(y pobre del que no lo tenga), donde hablamos con nosotros mismos. Nació “Donde quedo conmigo”, ese lugar en el que entramos y salimos cuando queremos,
y en el que muchos aún no se atreven a entrar.
El final se aproximó a cada nueva melodía, y fuimos
quemando los últimos cartuchos de nuestras fuerzas, “Tirando de Rama” y viajando en “El carro de la vida”. Nos dejamos la poca voz que nos quedaba ya a
esas alturas de la noche para cantarle al sol y a la luna un precioso “Romance de la Luna Gitana y el Sol Poeta”,
y reflexionamos sobre esos besos tan nuestros que quizá para algunos no signifiquen
lo que deberían gracias a: “A un beso
mío le llaman ruina”.
Nos despedimos, pasadas las doce, de una gran noche
de verdadero rock and roll aderezado con una de las mejores plumas del panorama
nacional impregnada de vida, luces, sombras y mucha poesía, y decidimos guardar
cada canción como un tesoro, cada recuerdo de la noche vivida junto a la banda,
en “Tarros de Miel”, para esos
momentos en los que la realidad apesta y la rutina nos roba las energías.
Gracias a los extremeños, SINKOPE, por una noche
inolvidable y por su paciencia infinita con las fotografías de después.
Y por si queréis sentir aún más lo que vivimos
aquella noche, aquí un video del final que grabó Manuel. En el que a esta loca
desquiciada se la oye cantar. Desafino mucho, lo sé, pero a mí que me quiten lo
bailado y lo gritado.
Esta vez sin fotos, porque estábamos demasiado cerca y los flashes son muy traicioneros ;-)
Hoy es Martes,y aun, mi cuerpo y alma están impregnados de Sinkope, y de la poesía de Vito. Ambos, nos encontramos en el pasillo de Escenario Santander, estrechamos nuestras manos con complicidad, le llame poeta y me dio mil gracias y a continuación con una sola voz, gritamos:¡ Viva la palabra! Sin duda si me encontraría contigo, te llamaría escritora y te daría dos besos,por tu magnífica crónica. Comprare tu libro y espero que algún día me lo firmes. Besos y gracias.
ResponderEliminarTarde, pero aquí estoy :)
ResponderEliminarTu crónica es preciosa, me alegro de que fuese una noche mágica, desde luego los versos que compartes con nosotros lo son. Ya sabes que el rock español no es lo mío, pero admiro la poesía que destilan estas letras y los sentimientos que despiertan...
¡Abrazos!