21 feb 2018

CRÓNICA DE “A PASO DE VAQUERO” en ALQUIMIA TAVERN

La cita era un 15 de Febrero a partir de las 21:30 horas en el Alquimia Tavern de Los Corrales de Buelna. Venían para presentar su trabajo: PIEDRAS.


Dado que por trabajo me pierdo casi todo, y que necesitaba desconectar con buena música en directo, no podía dejar pasar esta oportunidad de descubrir a esta banda que conocí únicamente porque toca el bajo: Verónica Valdezate (bajista de SINBAT).

Quién me conoce bien sabe que el género pop-rock es demasiado blando para mí, pero aun así decidí lanzarme a descubrirles y lograron sorprenderme. Tienen carisma y se compenetran muy bien entre ellos, cada uno tiene capacidad para destacar en su instrumento, tienen personalidad y hay ese rollito de banda que se palpa y que es de agradecer.


El Alquimia Tavern estaba preparado para dejarse de llevar con estos chicos que tenían muchas ganas de actuar y darse a conocer.

Yo solo conocía los temas de su último disco, y disfruté cada uno de ellos, incluidas las versiones, algunas muy conocidas, como si llevase mucho tiempo escuchando A PASO DE VAQUERO.

Comenzaron la noche minutos después de las 21:30, porque como buenos músicos nos hicieron esperar.

Enseguida entramos en ambiente y nos llevaron de su mano a través de un Viaje a tu recuerdo, para que después nos perdiésemos en Las llamas de mi fe, y nos susurraron «Cuando todo acabe y se apague la luz, seguiré brillando para ti…». Fue  imposible que mi mente no viajase en busca de esa estrella que me protege y que sigue ahí a pesar de la niebla y la oscuridad.

Si algo me quedó claro desde el minuto uno es que las letras de las canciones son versos que salen desde lo más profundo del corazón de su creador Juan Carlos Argüeso, “Vaquero”, voz y guitarra, y eso hace que cada melodía tenga algo especial con lo que conectar si se sabe leer entre líneas.

Con «Mejor si te digo lo que pienso, mejor si escucho una canción» la noche siguió cayendo entre cambios de tempo y guitarreo y nos vimos atrapados en Ciudad Olvido para acabar gritando: Ahora es demasiado tarde Princesa, búscate otro perro que te ladre princesa... Esa cover del gran Joaquín Sabina, que a mí personalmente me encantó porque mi historia con Joaquín viene desde muy lejos y porque la voz de Vaquero es tan distinta a la original que gusta escucharla.

Los acordes de Brujas, canción dedicada a las groupies de la banda, pusieron la nota de diversión antes de que la voz y el ambiente cambiaran totalmente para tornarse melancólicos con los trazos de Mojado y hundido. Una canción tan bonita como triste, de esas que se cuelan dentro, que duelen. «Me falta el aliento no hay ganas ni de respirar, hoy sé que me va a molestar, que tu voz, no la acerque mi viento…»

A Paso de Vaquero siguieron deshaciéndose con un ritmo de toques blues para dejarle claro al mundo que: Si vas a venir a comprarme, no voy a salirte barato con una de las canciones con el estribillo más pegadizo del repertorio.

Y con el final de la canción llegó el momento de una nueva cover: Voy en un coche impregnada de ese regustillo que dejan los clásicos y que siempre sacan una sonrisa.

No era domingo sino jueves, pero los chicos nos regalaron Los Domingos también hay Rock and Roll, y junto a ellos cantamos «Cuando todo se queda dormido, la ciudad, se escucha mejor, solos tú y yo en el camino, quemamos un poco de amor…» Porque la vida sin rock and roll no merecería tanto la pena ¿verdad?  

Después del silencio llegó el superhéroe susurrando «Esta ya no es mi casa, estas no son mis palabras, me hago fuerte entre extraños, sellados quedan mis labios…» para después dar relevo a la canción que más me gusta de este último trabajo, titulada: Cállate. Una canción directa, sentida, deslenguada, con ese derroche de rock que tanto me encandila.

Y nos callamos y nos brindaron con una nueva cover: Pienso en aquella tarde para que los presentes que los veíamos por primera vez nos sintiéramos más integrados, tanto que acabamos abriendo las alas junto a la banda para rompernos sin remedio con la canción, antes de dejarnos llevar a un nuevo lugar como Bonnie and Clyde, sin importarnos las reglas, ni lo que pensasen de nosotros, para pasarlo bien, bien, bien. Personalmente me encantó el aire canalla que desprende la voz de Vaquero en esta pieza.

Para finalizar hubo una sorpresa en forma de dedicatoria para una chica del público con una versión de Fito Cabrales que nos hizo cantar a todos, y una nueva cover de esas que por algún motivo arañan la piel pase el tiempo que pase: “No dudaría”. Un acierto total.

A Paso de Vaquero, con la media noche amenazando el reloj, cerraron su actuación con el tema que da nombre al disco Piedras, haciéndolo tan bien que nos dejaron un gran sabor de boca. «Somos la cara oculta, de una mar que no se ve, nadando a la deriva dejándonos la piel…» Y es que si algo hacen estos cuatro locos es dejarse la piel sobre el escenario, cada uno lo da todo en su instrumento y se acoplan a la perfección entre bromas y sonrisas.

Fueron una grata sorpresa que recomiendo a todo el mundo. En directo suenan mucho más potentes que en el disco, y nos regalaron una gran noche de pop-rock de esas que calientan el alma cuando vuelves a casa sola dejando tu huella en los charcos de la lluvia que había mojado las calles y de las que ni siquiera habíamos sido conscientes durante la actuación.  

*Rebeca Bañuelos.