De la mano de mi escritor preferido. FRANCESC MIRALLES.
Quienes entráis en este rincón a menudo sabréis, que no solo es un escritor al que admiro un montón, sino que además es un amigo, y mi ángel literario.
Gracias a su generosidad he podido publicar un relato muy importante para mí en un libro de autoayuda. Dos frases y una nota de suicidio en su saga juvenil: Oblivion.
Gracias a él rendí homenaje a uno de los hombres más importantes de mi vida, y cumplí mi sueño de ver letras mías dentro de un libro.
Gracias a él descubrí rincones mágicos en Barcelona. Pude seguir el camino de luciérnagas desde el corazón y admirar las estrellas. Incluso la que se esconde dentro de mí. Y eso en parte es gracias a la sabiduría de vida que muestra en cada una de sus palabras que me hacen crecer a cada instante un poco más.
Además de escritor, amigo y ángel, es una de las estrellas de luz que ayudan a dar pasos fructíferos a cierta Nieve…No digo más.
Y después de este momento sentimental, os dejo con
su fragmento. Que desde ya digo que me ha dejado intrigada.
<<Tengo la sana costumbre de
rechazar toda hospitalidad que implique dormir en casa ajena, así como viajar
al antojo de otro conductor que no sea yo. Cuando me invitan a alguna parte, me
gusta ir por mis propios medios y tomar una habitación de hotel –por lejos que
esté− para salvaguardar mi independencia.
Por experiencia, sé que el huésped se convierte en esclavo de su anfitrión y tiene que bailar al son que éste le marque. Yo prefiero rascarme el bolsillo y ser amo de mi voluntad.
Por experiencia, sé que el huésped se convierte en esclavo de su anfitrión y tiene que bailar al son que éste le marque. Yo prefiero rascarme el bolsillo y ser amo de mi voluntad.
Según el principio de Pániker, «toda persona entrevistada acaba reducida a los límites mentales de su entrevistador». Haciendo un símil, yo afirmo que el huésped acaba reducido a los límites espacio-temporales de su anfitrión. Es decir que una vez uno ha aceptado la hospitalidad, la iniciativa queda en manos del otro, que organiza tu espacio y tu tiempo según sus caprichos.
Pero nadie es profeta en su tierra, ni rey de sí mismo los 365 días del año. Un solo momento de debilidad puede socavar hasta el propósito más firme.
Eso explica que la primavera del 2013, traicionando mi costumbre, aceptara la invitación de Ted Hickling para pasar un fin de semana en su casa de campo.>>
¿Qué sucederá al aceptar esa invitación?
Si queréis adivinarlo ya sabéis lo que tenéis que
hacer…
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de Marzo podréis recibirlo.
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Que palabras más sinceras para éste grande de nuestras vidas.
ResponderEliminarSolamente merece elogios.
Gracias por compartir, Reneka.
Muaks
Al final me voy a tener que comprar este libro, Rebeka... me ha gustado mucho el fragmento de Francesc :D
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