Siempre recurre a algo en busca de valentías, de
ánimos renovados.
Como mujer atea que no sostiene rosarios entre sus
manos, ni reza, que no cree en un ser superior que maneja los hilos del mundo…Cuando
me siento pequeñita tiendo a aferrarme a los que tengo cerca, a los recuerdos
de momentos vividos, a los gestos, las miradas, las sonrisas.
Desde el fin de semana que ya ha pasado, tengo un
montón de recuerdos más que sumar a aquellos que conforman mi tabla de
salvación. Nuevos amigos, nuevos corazones, nuevas almas con las que he tenido
el gran placer de tropezar.
Pero además de regresar a casa con la maleta llena
de recuerdos, he vuelto con un colgante.
Un colgante de corazones regalado por mi mariposa
preferida. Esa por la que me tatúe mis mariposas azules y verdes en mi brazo,
para toda la vida. Una persona que como ya sabéis me ayudó a recomponer mi
corazón en momentos tristes, con su amistad desinteresada y sus palabras. Ahora
la amistad es más amistad, porque nos hemos podido abrazar, mirarnos a los ojos,
caminar juntas de la mano por las abarrotadas calles de Grácia.
Una mano agarrada al corazón de metal, la otra a una
mariposa azul preciosa de sonrisas magnéticas. Esa es una buena forma de
caminar.
Y aunque ahora la distancia vuelve a acentuarse al
volver a la rutina, tengo mi colgante de corazones.
Y cuando me siento pequeñita al estar sola, o tengo
miedo por no poder escribir lo que quiero escribir, cierro los ojos, sostengo
el colgante entre mis manos como si fuese un rosario, e imagino. Y a los dos
segundos recuerdo que tengo un montón de estrellas brillando sobre mi cielo,
acompañándome, ayudándome a convertirme en la persona que quiero ser, dando
inspiración a mi imaginación para escribir lo que quiero escribir.
Y en el fondo de mi corazón tengo la esperanza de
que cuando ella se sienta triste, de bajón, cuando no la salgan las palabras
que quiere escribir…Se levante y coja ese llavero de mariposas de colores, azul
y verde, y lo sostenga entre sus manos. Y quizá se acuerde de mí, de las
charlas, las sonrisas, las miradas, los abrazos. Si lo hace sabrá que estoy
ahí. A su lado.
Y seguro que lo hará, y así sabrá que la palabra NO,
no es una opción para los corazones que hemos sido plantados en el universo
para vivir en libertad, armonía, lucha y sueños.
Y seguro que lo hará, porque en el fondo sé que no
somos tan distintas. Somos dos almas románticas con miedo a caer que en el fondo
de su piel saben que tienen a dos grandes hombres que las sostienen, y a
algunas estrellas mágicas y ángeles literarios que creen en ellas.
No somos tan distintas, y juntas pelearemos por nuestros
sueños, nos aferraremos a unos corazones y a unas mariposas cuando tenemos
miedo, pero tarde o temprano saldremos adelante, siempre hacia adelante, porque
está en nuestro destino convertirnos en las personas en las que nos queremos
convertir. Está en nuestro destino escribir lo que queremos escribir.
Y en sueños y en lucha no hay quien nos pare.
Yo me aferro a mi colgante de corazones.
¿Te aferras tú a tu llavero y escribimos juntas?
Querida amiga,
ResponderEliminarHay una frase que dice: «uno es tan grande como lo son sus amigos».
Después de leer tus palabras, me siento titánica.
Gracias por creer en mí, por apostar por mí.
Cada vez que una puerta se cierre, cogeré mis llaves (con su llavero de mariposas) y la abriré ;)
xxx,
Mai
"porque está en nuestro destino convertirnos en las personas en las que nos queremos convertir. Está en nuestro destino escribir lo que queremos escribir."
ResponderEliminarMe ha encantado ese fragmento de tus reflexiones. Me siento un poco más optimista después de leer tu entrada. Puede que si me esfuerzo lo suficiente consiga vencer mi propia debilidad y luchar así por mis sueños, y quizá, algún día cumplirlos. Sé que tú continuarás luchando por los tuyos.
Un fuerte abrazo y no te rindas nunca.
Yo suelo adentrarme en las iglesias solitarias cuando algo me aplasta. Suelo mirar toda la belleza que las llena por dentro y confiar que algo dentro de ellas me ayudará. Suelo guardar grandes silencios y esperar un milagro, ese milagro de armarme de valor una vez más. Me gusta pensar que hay un hilo invisible que sostiene el mundo, y que ese hilo invisible me sostendrá.
ResponderEliminarHay una frase que comparto con García Marquez: "Me asombra tanto pensar que Dios existe como que no existe".
Besos
Me ha gustado mucho la entrada me he emocionado, yo cuando estoy triste suelo aferrarme a una pulsera que me regalaron hace tiempo.
ResponderEliminarMe gusta mucho tu blog te sigo :)
Yo tengo un blog literario se llama sumergida entre paginas, si puedes paste.
¡Besos! y animate
Rebe veo que Barcelona te ha traído cosas muy lindas, me alegro mucho, y espero leer esas cositas que tenéis en mente escribir.
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