Hoy llueve. El verano por el norte parece haberse
acabado -solo queda que las temperaturas bajen un poquito para que no agobien tanto-. Casi que lo prefiero…Me siento mejor bajo los cielos grises y las
nubes negras. Es entonces cuando puedo ser más yo.
Quizá sea esa la razón por la que encuentro creatividad
dentro de mis venas cuando llueve, porque puedo ser quién soy sin ocultarme. No
tengo que fingir que me gusta el sol.
Puedo reír cuando quiera, pero también puedo llorar
si me apetece y echarle la culpa a la melancolía del día sin tener que dar más
explicaciones.
Es en esa melancolía donde encuentro mis recuerdos, los
recuerdos de tiempos pasados y los de tiempos mucho más recientes que sin
embargo ya se han convertido en pasado.
Ambos, son ya meros momentos que mi alma evoca, pero
es ese conjunto de instantes, imágenes, sentimientos, gestos y palabras, lo que
me ayuda a seguir en pie cada día.
Me siento afortunada por poder ser consciente de que
aunque a veces la vida duele, también te ofrece momentos mágicos.
Son esos momentos mágicos los que hoy me están
ayudando a escribir estas líneas sin sentido, para dar las gracias, gracias a
esos momentos y gracias a las personas que forman parte de ellos, que contribuyen
con su existencia, a que mi propia existencia sea más existencia.
Porque uno no sabe exactamente lo fuerte que puede
llegar a ser, hasta que algo oscuro lo hace derrumbarse.
La diferencia entre unas personas y otras está en la
decisión que toman, sea cual sea el motivo que les ha hecho caer.
Me siento afortunada por ser capaz de permanecer en
pie con ganas de vivir a pesar de adversidades y de las piedras gigantes en mi
camino.
Son cosas de la vida.
Soy de los tuyos, o eso creo: dame brumas y tempestades, cubreme de noches cerradas y nieblas imposibles, regálame la más densa de las oscuridades y la más fría de las lluvias...
ResponderEliminarTodo eso del sol y el cielo azul molan, pero no dejan de resultar un tanto... falsos.
Brindo contigo por la vuelta del frío y por esa personita que se mantiene en pie sobre sus converse -a la espera de unas new rocks más que merecidas- a pesar de los pesares.
Un fuerte abrazo, y perdona si me he confundido con el calzado, aunque me da a mí que no voy desencaminado.
PD Sep, he vuelto. ya de verdad.