RASTRO DE MAGGIE STIEFVATER

“Por más que lo desees, es imposible detener el tiempo: pasa y lo cambia todo. Y lo malo es que te arrastra consigo.

Primavera: una estación de historias que empiezan y de otras que terminan. De despedidas. De abandonos.

Pero todo abandono deja un rastro”.

Una vez más, delicadeza en las palabras, belleza sensorial, sensaciones fervientes en cada sentimiento que se muere de ganas por ser expresado, silencios que dicen más que las palabras, miradas que hablan solas, amistad, atracción y amor.

De nuevo la magia de la evocación del paisaje, de los mundos escondidos en los bosques.

La magia del amor, de las relaciones que poco a poco van tomando forma. Y de aquellas que están ahí esperando para nacer.

La rutina del día a día, el cumplimiento de los sueños.

El anhelo de olvido, de ser otra persona, de dejar de ser lo que éramos antes.

El temor a perder todo lo que se tiene hasta al momento. 

La vida puede ser muy impredecible, el tiempo va pasando y acaba por ponerlo todo en su sitio, en el sitio que siempre debió estar. Por ello debemos aprovechar cada instante como si fuera el último porque nunca sabemos cuándo nos vamos a tener que separar de la persona a la que amamos.

Todo abandono deja su rastro escondido en nuestro corazón. Y para poder superar esas ausencias, temporales o definitivas, es mejor tener recuerdos a los que aferrarse dentro de las venas. Si no tenemos absolutamente nada nuestra vida ya jamás será vida.

Agrupar los buenos recuerdos como pequeñas estrellas y pequeñas aves de papel, para poder hacer recuento de los momentos de nuestra vida en los que fuimos felices, en los que realmente nos sentimos “vivos”.

Esos momentos, esos instantes, son los que nos diferencian de los demás.

+ Con ganas de leer su continuación y de volver a sumergirme en la vida de estos humanos que se convierten en lobos y de esos lobos que dejan de serlo para ser totalmente humanos, y conocer el final.