14 ene 2012

VIOLIN TRISTE

Sucede que a veces cuesta demasiado volver a la normalidad. 

Cuando algo se rompe por dentro, las piezas del puzzle tienen que volver a deslizarse unas junto a otras para poder entremezclarse de nuevo. 

Mientras esto sucede...

Noches de insomnio.

Músculos agarrotados, cabeza dolorida, respiración entrecortada, corazón acelerado.

A la mañana siguiente, intentando apaciguar a los miedos y a los fantasmas, con cantos de sirena.

Intentando preparar la mente, relajándola para que se acostumbre al silencio.


3 comentarios:

  1. Poco a poco irás encontrando el valor para dejar atrás todos esos fantasmas que siempre nos atormentan. Valor :)

    Por cierto la música es preciosa.

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  2. Siempre cuesta y la normalidad a la que volvemos ya no es la misma que un día dejamos. Pero eso forma parte del camino.
    Besos

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  3. A veces no queda más remedio que aceptar que esa normalidad esperada ya nunca volverá. Y dejarle el espacio a esa nueva anormalidad que no debe hundirnos los días. Difícil y necesario de aceptar. Tan crudo como los peces en alta mar.
    Un beso

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