Hoy ha llegado a mis manos un ejemplar de “Casa de Títeres” de la escritora ‘Isabel del Río Sanz’, autora también de
“La Casa del Torreón”, que ya reseñé
en entradas anteriores.
Esta historia es su primera obra publicada y por
ello en cuanto supe de su existencia quise leerla.
Este relato para adultos, contiene una trama
original, narrada con una prosa cuidada y elaborada, que está dotada de una
tensión psicológica que te atrapa a cada palabra un poco más, que te impide
despegar los ojos de sus hojas.
Posee unas ilustraciones preciosas entre capítulos y
cada página está impregnada de un erotismo voraz, llenas de sensualidad y sexualidad,
de venganza, recuerdos, amor y magia. Donde nada es lo que parece ser.
Narra la historia de una niña Anna, que poco a poco
irá creciendo y descubrirá su alrededor y el poder que tiene dentro de ella.
Casa de títeres brinda la oportunidad de vislumbrar
que todos en nuestra vida alguna vez nos hemos sentido engañados y traicionados
y por ello hemos sido fantoches gobernados por otras personas.
Hace evidente que el amor es lo verdaderamente
importante en el mundo pero que no todas las personas tienen capacidad para
amar ni para dejarse amar.
Que las venganzas nunca terminan, porque cuando uno
siente que no tiene nada, lo arriesga todo porque no tiene algo que perder. Y
que nuestras propias pasiones y nuestros temores a veces nos acaban condenando.
Su lectura me ha mostrado que todos y cada uno de
nosotros podemos poseer pequeñas marionetas dentro de nuestro interior,
pequeñas marionetas que hacemos salir mediante nuestras formas de expresarnos y que dicen mucho de nosotros. Y que la imaginación
es tan poderosa que puede convertir nuestros sueños en realidades.
Dentro de nosotros existen numerosos “yoes”
diferentes que luchan por salir.
Todos tenemos un poder. Únicamente debemos averiguar
cuál es y utilizarlo.
Uno de los poderes que sé que posee la
autora, Isabel, es el de crear
personajes, ambientes, mundos, sentimientos, y que la persona que los lee se
sumerja tanto en la historia que cuando la finaliza tenga la sangre en vilo y
no sepa distinguir muy bien si lo que ha estado leyendo era un sueño o una
realidad.
Al finalizarlo he sentido mi corazón bailando al
compás de dos manos, una la de la fantasía, otra la de la realidad, sin saber
muy bien en cuál quedarme a partir de ahora.
Casa de títeres me ha enseñado que todos somos
pequeñas marionetas y que si sabemos mover nuestros propios hilos llegaremos
allá dónde deseemos llegar.
- Un relato de 79 páginas que me ha encantado, muy fácil de leer que recomiendo
encarecidamente, aunque no destinado para todos los públicos al contener alto
voltaje, “high voltaje”.
Por lo tanto no olvidar que es un relato para
adultos, de esos para leer en tardes frías de invierno.
Pensaba que era un relato para niños, ya ves. Me gusta cómo escribe esta autora.
ResponderEliminarLo buscaré, me gusta lo que he leído de esta autora y desconocía la existencia de esta obra o la había pasado por alto, todo puede ser.
ResponderEliminarUn beso y gracias por el descubrimiento