Sé que conseguiré que se cierren de nuevo. Si algo he aprendido desde hace un año es que puedo llegar a ser fuerte. Aunque a momentos me sienta pequeñita.
Es entonces, en esos momentos en los que mi corazón se siente acunado por la melancolía, cuando necesito descansar. Necesito mirar a las estrellas y olvidar. Para poder soñar. Para poder sobrevivir.
Y entre tanto calor primaveral renacen las tormentas. Tormentas que parten el silencio de la noche, tormentas que penetran en el mar de mi alma, tormentas que me atormentan impregnando mi piel de viejos temores.
Y entre tanto calor primaveral, momentos de insomnio y sueños.
Estos días he soñado con llamadas en la madrugada, con toques ansiosos en la puerta, con incomprensión y lágrimas, pero también he soñado...
He soñado con un cielo infinito lleno de pequeños puntos de luz, y me he visto a mí misma, como muchas veces en estos meses, buscando desesperadamente "Cassiopeia", sin saber dónde está (jamás he mirado al cielo desde un telescopio), y la he acabado encontrando frente a mis pupilas.
Porque en los sueños somos quienes queremos ser, vemos las cosas que queremos ver y nos encontramos con las personas a las que necesitamos encontrar y que ya no podremos encontrar nunca más.
Y al despertar he tenido la sensación de estar rodeada de paz, pero solo al despertar.
Siempre consigo olvidar cuando miro a las estrellas.
Pero a medida que los pasos avanzan, un halo de tristeza se cierne sobre mí. Hay una fecha en el calendario que se aproxima y que es más fuerte que yo. Es más fuerte que yo porque ando con las defensas bajas, porque el calor me asfixia, me debilita. Es más fuerte que yo porque la herida que provocó en mi corazón es muy reciente, un año, y toda herida necesita su tiempo de cicatrización.
Sé que conseguiré sacar la rebeldía innata que llevo en las venas, en mi ADN. Lo sé, porque ya he utilizado esa rebeldía antes durante este año.
Pero ahora necesito descansar. Mirar a las estrellas, olvidar, para poder escribir, para poder soñar. Para poder sobrevivir.
Por ello necesito un tiempo de descanso. Un tiempo de desconexión. Hasta que la fecha acontezca y se marchite en el calendario. Quizá así los recuerdos no sean tan recuerdos y se difuminen, y se volaticen, y yo pueda respirar un poco más tranquila.
Y recargada de fuerza, rebeldía y libertad, regresar, para seguir derramando mi sangre en palabras.
(En periodo de desconexión y reconstrucción durante unos días)
(Cosiendo heridas, hilvanando latidos)
De vez en cuando hay que detenerse para respirar a fondo, y recuperar el aliento.
ResponderEliminarCuídate mucho, por favor.
Un beso.
Espero que esos días de desconexión te ayuden a remendar tu corazón, a cicatrizar esas heridas que se abren...
ResponderEliminarMucho ánimo, tú eres fuerte, conseguirás hacerle frente y saldrás fortalecida de estos días. Solo así podrás continuar derramando palabras.
Muchos besos.
EL ALMA ES EL CORAZON
ResponderEliminarA veces hace falta desconectar, pero no te alejes demasiado ¿vale? Se te echa muchísimo de menos :)
ResponderEliminarTe mando mucha fuerza para que logres la reconstrucción. A veces es más fácil de lo que parece!!
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