He llegado a la pequeña conclusión de que:
Me encanta recibir cartas.
Ayer mismo recibí una con una invitación para la presentación de una novela, y me hizo muchísima ilusión.
Que alguien pierda su tiempo en escribirte unas líneas, por pequeñas que sean, en poner tu nombre en el sobre junto a un sello, que lo eché en el buzón de correos...
Una carta en busca de destino, que viaja con la esperanza de llegar a su destinatario y no perderse al caminar. (Ya sabéis que Correos a veces...).
Me encanta ese romanticismo que esconden. Jamás un email, o un mensaje de texto superará el poder enigmático de las cartas. La intriga que nos produce el sostener el sobre entre las manos. Esas ganas de abrirlo y saber qué contiene. Quizá es que sea anticuada o demasiado romántica.
Cartas que guardadas en libros, o en cajas, te traen con el paso del tiempo, instantes de tu vida que con la rutina llegas a olvidar, sonrisas, detalles, recuerdos...
Me encantan la cartas.
No sé si me hizo más ilusión la invitación, o el papelito (pos-it) con forma de diálogo que venía en la parte trasera de ésta.
*Gracias a Veritas por las sonrisas que nacieron en mi boca cuando mi chico llegó de trabajar y me subió la carta que había en el buzón, después de una tarde en soledad xD
(Recordad que el Domingo presenta su novela "ORQUIDEA BLANCA" en Gijón)
me has matao.
ResponderEliminaradoro las cartas y opino que como ellas ni siquiera una llamada telefónica
estan escritas a mano, con paciencia, con cariño, y en un paper que puedes llevarte a todos lados, puedes acariciar, desgastar y no olvidarlo jamás.
cómo las cartas Nada!!!
y yo sigo escribiendo, incluso a mi misma jaja
Qué grandeeee!
Esta entrada me encanta *.*! ;P
PD: gracias x pasarte x mi blog, x tus opiniones, y por ser tan simpática, hasta pronto guapa :)
Opino como tú. Recuperar el viejo arte de escribir a mano, procurar afinar con un caligrafía legible y agradable..... Humm !!, es todo un mundo perdido y encantador.
ResponderEliminarUn besote
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarY no solo eso, la literatura epistolar es abismal.
ResponderEliminar"No hay nadie más solitario que aquel que jamás ha recibido una carta". Elias Canetti, por cierto.
De profundis, de Wilde, es una de las mejores cartas jamás escritas.
Ay, qué nostalgia! ¿Dónde quedaron los tiempos en los que te mandabas cartas en verano con amigos que vivían lejos? Quiero que vuelvan!
ResponderEliminarUn beso
Son adorables.
ResponderEliminarYa te lo dije, no hay nada mejor que las cartas :)
ResponderEliminarSomos unas románticas empedernidas.
Besos