Son tan parecidos que ambos llevan el mismo título,
pero sucede que esta aventura tuvo lugar a principios de 2010, y ya no sé
cuál de los dos lo hizo exactamente. Nunca se me ha dado bien escribir para
concursos. No me gusta tener que ceñirme ni a una temática ni a una extensión,
aún así intenté dar de mí lo mejor en aquel momento.
Pero hoy he recordado con cariño esos versos sin
sentido pero con significado, al menos para mí.
Siempre que participo en un
concurso, sea cual sea, una parte de mí, mantiene la esperanza de que a alguien
le guste lo que escribo. Solo ha habido suerte una vez. Otra no hubo suerte,
pero gané algo mucho más importante, un alma amiga entre mundos.
Os dejo aquí uno de ellos, el que menos vergüenza me
da enseñar en estos momentos…
MI DULCE SANGRE
Bajo el manto de esta fría y oscura
noche de invierno,
mi corazón enloquecido y
desesperado,
te busca sin pretenderlo…
Porque sólo tú haces que me sienta
viva…
Y necesito tu aroma embriagador
deslizándose por mi piel,
tu acaramelado sabor impregnando mis
labios, mi lengua,
tu esencia inmortal perdiéndose en
mi garganta,
para sentirme invencible…
Bajo esta noche umbría, sin luna y
sin estrellas,
Te escucho
llamándome, susurrándome,
Detrás de cada
esquina, oculta tras la niebla…
Te necesito esta noche, sólo a ti,
mi dulce sangre,
Sólo a ti, ahora, mañana y siempre…
Enero del 2010
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