Hoy es una de esas tardes de tormenta tan comunes en
estas tierras del norte. El verano casi está por finalizar y el otoño tiene
prisas por llegar. Como resultado sucede una tormenta de lluvia que desprende
un calor insoportable.
Hoy es una de esas tardes en las que me encantaría
que el calor diera paso al frío y comenzarán a bajar las temperaturas, quizá
así no me sentiría tan agobiada.
Agobiada porque he amanecido con ganas de llorar, la
tristeza me ha abrazado para no soltarme desde que he abierto los ojos y he
saltado de la cama. A medida que la tarde va avanzando parece que poco a poco
se va alejando. Sin embargo este tiempo caluroso no ayuda demasiado.
Agobiada porque los recuerdos dolorosos me golpean
por momentos y no quieren esfumarse de mi cabeza. Quizá sea hora de que deje de
intentar echarlos de mí, quizá sea esa la única manera de que ellos solos se
vayan.
Agobiada porque tengo un montón de ideas rondándome
y las quiero dejar salir a todas a la vez y eso es imposible. Mis manos no
teclean lo suficientemente rápido.
Agobiada porque tengo muchos libros por leer, libros
que ansío devorar, libros que me llaman desesperadamente para que me sumerja en
ellos, y no hay tantas horas en el día, y no hago más que posponer, y posponer…
El tiempo fluye y se me escapa.
Agobiada porque si, porque nací así, soy puro estrés
y eso me contamina.
Demasiadas tormentas, tanto fuera como dentro de mi
cabeza.
Demasiado calor que me ahoga, me asfixia y me
debilita.
Demasiada lluvia en mis manos, tanta que no sé qué
diablos hacer con ella.
Hoy es una de esas tardes de tormenta en la que
tendré que liberar las tempestades que hay en mí, dejarlas fluir con la
esperanza de vaciarme, plasmarlas en el papel y que poco a poco vayan desapareciendo.
Es la única fórmula que he tenido siempre y que tengo de sobrevivir.
Despacito y con buena letra dejaré que los truenos y
los relámpagos vayan desprendiéndose de mi ser.
Caigo y me levanto.
Como dice la canción “no sé las veces que me
reinventé…”
Tropiezo, me derrumbo y vuelvo a ponerme de pie.
Últimamente tengo que hacerlo demasiado a menudo.
Pero mientras las tormentas se esfumen y el amor
sobreviva, yo también sobreviviré.
Tormenta de lluvia y calor aprisionando mi corazón.
Desde luego el tiempo es una de las cosas más valiosas que poseemos pero que tan fácilmente se nos escurre entre los dedos.
ResponderEliminarIntenta relajarte haciendo lo que te gusta, es lo mejor para alejar los malos recuerdos. Aunque como bien dices el calor no ayuda, el calor me pone de mla humor :(
A mí el verano es la estación que más me gusta del año. Me siento libre y ideas geniales.
ResponderEliminar