Las ganas de
llorar aumentan porque esos malos pensamientos se están convirtiendo en
pensamientos destructivos, que destruyen nuestro corazón, que contaminan nuestra
sangre y encharcan de sufrimiento nuestra alma. Desbarajustan nuestra salud y
nos hacen acumular más miedos, temores que nos llenan de incertidumbre y nos
hacen olvidarnos de pelear por nuestros sueños y de disfrutar de la gente a la
que queremos y tenemos.
Hay un
problema raíz para todas esas alteraciones, en mi caso sé cuál es el problema,
es un sentimiento que necesita tiempo para ser depurado, pero a veces mi
alrededor condiciona a que la mente no tenga ni un segundo de descanso.
Parece que
cuando algo se derrumba, hay escombros que siguen cayendo, una y otra vez,
sobre los cimientos ya destruidos.
En esos
instantes, solo el amor y las palabras son lo único que me salvan. Todo lo
demás, mi cuerpo, mi salud, tiene que ir purificándose poco a poco.
Empezaré el
día con música relajante, -el sonido de las gotas de lluvia y las tormentas
siempre consiguen tranquilizarme-, cambiaré el café con dos de azúcar por las
infusiones de té verde, te rojo, te negro o tila sin edulcorante, quizá así
poco a poco, mis nervios vayan desapareciendo.
Para los
pensamientos destructivos, amor y palabras.
Libros de
esos que siempre me renuevan el alma, “El Laberinto de la Felicidad”, “El Bosque de la
Sabiduría”, libros que me hagan vislumbrar lo esencial, lo verdaderamente
importante; libros de título cualquiera que me distraigan, historias por capítulos encontradas en blogs por internet, que me hagan evadirme de mi
realidad y que me absorban tanto que me dé por imaginar la continuación de las vidas de esos personajes creados por el autor.
A la espera
de una antología de 75 relatos que sé que me ayudará en esta etapa de mi vida.
Porque a
veces cuando todo se derrumba, necesito palabras que me ayuden a creer en las
segundas oportunidades, en los vasos llenos, en la diversidad de opciones, en
los sueños que están por llegar, en las cosas buenas que surgirán.
Porque a
veces cuanto todo se derrumba, mientras a mi corazón le basta con el amor, con
los brazos cálidos, con las sonrisas radiantes, con las conversaciones interesantes, con las confesiones a media voz, con los instantes de felicidad…a
mi maldita cabeza no le basta…y eso me puede…
Me puede, y consigue herirme, me
mata, me magulla y entonces necesito darle al botón del “pause” y ocupar mis pensamientos
con otras cosas que me hagan cambiar el chip.
Leer, leer,
escribir, expulsar mis sentimientos como suspiros desafortunados en un papel
emborronado, intentar crear nuevas historias, inventar nuevos mundos, salir de
mí misma…porque así, solo así, mantengo a mi cerebro ocupado y esa parte de él
que respira de los malos pensamientos no tiene tiempo para hacerlo.
Luchando
cada día para que el silencio, la soledad y los pensamientos destructivos no
destruyan del todo ni mi corazón, ni mi salud.
Luchando
cada día.
Al menos me quedan fuerzas para luchar.
Al menos tengo quien me ayuda
a luchar.
Te voy a poner ejercicios que saquen ese lado positivo que te haga reír hasta llorar :)
ResponderEliminarRecuerda que la vida no da golpes que no podemos soportar. Tú eres más fuerte que esa tristeza. Mucho más. No la dejes conquistar terreno.
No siempre hay una raíz para esas alteraciones o un origen clave... Y cómo poco freudiana te aseguro que descubrir ese origen, en caso de que lo hubiese, no iba a solucionar tus sentimientos por arte de magia.
ResponderEliminarSaber el por qué está bien, pero lo importante es el cómo durante el día a día.
Todos tenemos que aprenden a vivir con nosotros mismos y, cuando los avatares de la vida nos lo ponen difícil, poner un pie delante del otro y seguir adelante.
A veces necesitamos muletas, otras sillas de ruedas, en alguna ocasión simplemente necesitamos alguien en quién apoyarnos... Pero nunca dejamos de avanzar. El tiempo pasa, las estaciones se marchitan y tú seguirás girando con la tierra quieras o no hacerlo.
La vida es demasiado efímera y hay que saber disfrutarla (sin obligación a ello, nada de carpe diem. Simplemente sigue adelante). Además, ¿puedo compartir un secreto? El pasado ya está escrito, pero el futuro está por venir. Lo escribirás con cada una de tus decisiones y actitudes, tu decides si prefieres hacerlo con una sonrisa (estoy segura de que así será)
¡Un fuerte abrazo! ¡Ánimo!
Quédate con la última frase y con el sol de estos últimos días.
ResponderEliminarTe sigo, para ver más pensamientos, gracias por compartirlos
Un abrazo
"Parece que cuando algo se derrumba, hay escombros que siguen cayendo, una y otra vez, sobre los cimientos ya destruidos".
ResponderEliminarSí, es verdad, sucede tal que así, cuando menos te lo esperas un nuevo estruendo trae consigo más derrumbamientos, es necesario dejar que pase el tiempo para aprender a caminar sobre los escombros. Porque algún día dejarán de llover sobre sí mismos. Y comenzarán a construirse nuevos cimientos.
Un beso