En contraste, el agua fría del cantábrico acariciaba
mis pies con su vaivén, congelándolos, cristalizando mi sangre, el viento
apenas silbaba pero cuando lo hacía con su voz regresaba el eco de tiempos
pasados dónde las penas no atormentaban el alma.
Tristeza siempre hubo, acompañada de cierta melancolía,
sin embargo el corazón latía despacio y tranquilo.
Ahora hay tristezas grandes, tan grandes como ese
mar infinito que mis ojos no dejaban de vislumbrar ayer…el corazón hace días
que camina cansado y el alma ahogado en lágrimas intenta encontrar el aliento
suficiente para seguir respirando…
Ahora hay grandes tristezas encharcando mis pupilas
pero también hay…
Hay una mano fuerte a la que agarrarse, unos ojos
marrones de brillo indescifrable donde reflejarse y encontrarse, hay unos
labios que susurran besos que ayudan a que ese loco traqueteo de las olas del
mar no derribe lo que tengo.
Unos brazos que con su ternura y su calor ayudan a
que mis anhelos permanezcan impregnados de fuerza tan intactos como mis sueños,
que ayudan a que mi espíritu crezca y siga en pie, sin arrodillarse,
inconformista, creciendo , rebelde…
Las olas del mar acariciaban mis pies pero los
castillos de arena de mis sueños seguían ahí, sin derrumbarse al paso de los
miedos, esperando a que mi corazón se sienta de nuevo con la fuerza necesaria
para defenderlos.
Ahora hay grandes tristezas humedeciendo mis
pupilas, pero también hay un montón de buenos recuerdos haciendo brillar con su
luz las estrellas…esas dos estrellas que descansan en el rincón más profundo de
mi corazón, ese rincón que podré volver a encontrar con tan solo cerrar mis
ojos, en el mismo momento en el que el paso del tiempo se lleve el dolor y las
heridas vayan sanando…
En ese instante cuando mire al mar, tras el enviste
de las olas no aparecerán mis miedos, sólo pequeños granos de arena que se
disfrazarán de pequeñas gotas de sangre roja, en las que sumergiré mis pies,
que me acariciarán y protegerán…que me dotarán de rebeldía y libertad.
Entonces miraré al mar y de mis venas fluirán ganas,
unas ganas enormes de luchar por mis sueños, sin olvidar mis recuerdos, sin
olvidar lo que soy, lo que me dejaron y lo que tengo y sigo teniendo…
Llegará un día en el que al mirar hacia el infinito
mar sólo permanezcan los buenos recuerdos, y los granos de arena se sumergirán
bajo mis pies y resurgirán como irreductibles guerreros formando castillos
gigantes que aspiren con tocar las nubes y el cielo…
Y en la torre más alta estaré yo…con el corazón tranquilo,
la sangre hirviendo, mis labios sonriendo…y entre mis manos extendidas, dos
estrellas y un montón de sueños…
Llegará el día en que al caminar tus huellas no serán solo tuyas, serán suyas también, porque no te detuviste a tomar aliento: decidiste ser. Y al ser les diste lugar. Al dejarles sitio, están.
ResponderEliminarUn beso
Precioso, mi niña, como todo lo que escribes, aunque esta vez lo es más aún por ese mensaje feliz que se oculta tras las lágrimas, por esa confianza en el futuro y en ese heavy enamorado al que las niñas, ni por debajo ni a partir de ninguna edad, le importan una mierda cuando lo único que abarca su horizonte eres tú.
ResponderEliminarGracias por tus bellas palabras en mi blog, ni te imaginas hasta qué punto son acertadas y bienvenidas: hace tiempo que tomé la decisión que me aconsejas, pero siempre es hermoso escucharlo en labios -o letras- de alguien qué, poquito a poquito, se ha convertido en un hito importante en mi día a día.
Y eh, seguiré el consejo a rajatabla.
Más cosas... Recibí la novela, pero tontotmail
me la había descolocado de día (yupi) suerte que la busqué por tu dirección y apareció, voy a tener que dejar de hacer ajustes ya. Hoy toca casa, mañana camping, el viernes Madrid, el sábado piscina y camping y el domingo casa, pero el lunes sin falta leo y te cuento, muchas gracias por confiar de nuevo en mí.
Y finalmente... sep, nunca se engorda lo que se quiere, jajaja, es por eso que yo prefiero a Eva con un par d kilitos que sin jejejeje picarón que es uno ^___^
Un beso enorme!