He decido regresar para brindarte mis lágrimas, esas
lágrimas que se convertirán en sangre y me ayudarán a seguir, para regalarte
otro “te quiero y siempre te querré”.
He regresado para contarte entre susurros
silenciosos que una parte de mi corazón se fue contigo, esa parte de mi corazón
que de tanto dolor punzante se resquebrajó hasta caer al suelo.
Se resquebrajó, se cayó y entre mis manos lo recogí,
lo acuné, lo besé y te lo regalé, para que permanezca a tu lado, eternamente.
En su lugar tatuaré a fuego una rosa roja que lo sustituirá,
una rosa roja que siempre me recordará esas últimas rosas, la que alguien posó
sobre la urna de cerámica, y la que yo misma posé sobre la caja de madera al
lado de la ventanita de cristal para que te acompañara a ratitos mientras yo no
estaba a tu lado, mirándote, velándote, cuyos pétalos se encuentran dentro de
una cajita de colores, junto a tu reloj y a tu colgante del Barça…
En su lugar, justo en mi piel, en mi pecho, cerquita
de mi corazón, dentro de once días estará esa rosa roja, esa rosa cuyas raíces se
entrelazarán con el trocito de corazón que me queda vivo. Y sus raíces crecerán
fuertes y me ayudarán.
Me ayudarán a levantarme, a seguir en pie, a caminar
sin titubear, me ayudarán a luchar, me ayudarán a sonreír, a escribir una y mil
líneas más, me ayudarán a dormir tranquila por las noches sintiendo tu
compañía, me ayudarán a vencer mis miedos, a seguir creciendo como persona y como
mujer, aunque no entienda demasiadas cosas y siga haciéndome preguntas sin
respuesta, aunque dentro de mi alma siempre siga siendo esa niña pequeña que te
hacía sonreír.
Te regalo parte mi corazón para que te acompañe
eternamente, esa parte que solo era tuya y en su lugar posaré una rosa roja
para que me haga valiente...para que ayude a latir a esa otra parte que
pertenece al otro gran hombre de mi vida y a todos aquellos a los que quiero…
Rosa roja, sinónimo de pasión, de los sentimientos
que ni la muerte puede apagar, roja, al igual que tus ideales, al igual que tu
sangre, mi sangre, roja al igual que tu estrella, rosa cuyos pétalos sólo se
marchitarán únicamente cuando mi cuerpo deje de ser para convertirse en polvos
grises…
Rosa roja, la última rosa sobre una urna tras la
puerta número 696, un trocito de mi corazón entre los rincones del tiempo, el
viento y el silencio…
Una rosa roja y un corazón…Tu rosa, mi rosa, mi
corazón, tu corazón.
+Banda sonora mientras escribía, canción: "Lullaby" presente en un cd titulado 'Songs for Gurus' de 'Hotel Gurú' que me ha regalado un amigo entre mundos. Mil gracias por el detalle.
A veces no se encuentran las palabras. En este momento, lo confieso, no las encuentro.
ResponderEliminarUn beso grande
Que crezcan las rosas, Rebeca, tan hermosas como tus letras y como ese tatuaje que, supongo, vestirá tu piel y tus sentimientos a partir de ahora. Sigo teniendo el vano deseo de poder aligerar, aunque sólo sea un poquito, el dolor que te invade, pero me siento tan incapaz como de regalarte todos los días de lluvia que ahora necesitas. Un abrazo, un abrazo fuerte, de ánimo y de amigo. Por ahora es lo único que soy capaz de prometer.
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