Miro al cielo y sólo encuentro nubes negras aunque los rayos del sol me golpeen con todas sus fuerzas.
Miro al cielo y no consigo encontrar las estrellas, tu estrella roja.
Miro al fondo de mi alma y sé que estás ahí pero me cuesta encontrarte.
Miro en mi corazón y sólo hay escarcha, una escarcha pura como la nieve que lo congela, pura como esa nieve con la que tú estás ahora.
Miro a mi sangre y la siento más cristalizada que nunca, tan fría como estabas tú en nuestro último abrazo.
Miro a los ojos de mi amor y al verme reflejada en sus pupilas sólo encuentro lágrimas.
Los abrazos calman, pero no alivian.
Ahora no tengo fuerzas ni para desahogarme en palabras y es lo único que sé hacer...
Ahora sólo encuentro silencio.
Este texto contrasta de manera brutal con el anterior... algo no va bien.
ResponderEliminar¿Qué pasa?
Cuando alguien desaparece y lo vuelves a traer a tu presente tal y como era no hay forma de dejar de sentir escarcha entre las venas. Primero hay que aceptar que ya no es. Que ya no está. Y desde ahí acostumbrarse a que no esté y que no sea. Sin olvidar que una vez fue y estuvo.
ResponderEliminarEs complicado, muy complicado, pero como quiera que sea hay que aceptar.
Un beso
Tenía la esperanza de que tú desaparición de este fin de semana fuers por un buen motivo, un motivo feliz, quiero decir, pero está claro que no es así.
ResponderEliminarÁnimo. Las malas rachas pasan y en rachas se quedan, los malos momentos vuelan y en arena de ventisca huyen.
Ánimo, porque nos gusta tu sonrisa, oscura y tenebrosa a veces, pero sonrisa en ti.
Ánimo.
Porque no quiero pensar que estés mal.
Un fuerte abrazo, Rebeca, y ten fuerza, con lo que sea.
Si puedo ayudar en algo, ya sabes dónde encontrarme.