Hoy es tiempo de soñar, de vivir, de disfrutar, de seguir adelante, de dejar de pensar y dejarse llevar…
De dejarse llevar y balancearse como las hojas caducas de los árboles en otoño, cuando en el momento en el que suspiran sus últimos suspiros se balacean y bailan con el viento antes de llegar al suelo.
Así, así quiero balancearme yo hoy, pero no suspirando mis últimos alientos, sino el primero…el primero de un futuro que comienza ahora, mientras estoy escribiendo…
He decido dejar de pensar tanto las cosas y dejar hablar al corazón…
Dejar que mi corazón se exprese más, que cante, que ronque, que sienta, que ame más y sin miedo, que necesite, que suspire, que grite y que luche por lo que quiera y que calle…
Y que calle y permanezca en silencio cuando crea que debe hacerlo…
Ya hablarán por él las manos mostrando sus gestos, escribiendo sus palabras en papel para que no se las lleve el viento, ya hablarán por él mis ojos deshaciéndose en miradas tiernas, ya hablarán por él mis labios susurrando sus sentimientos a media voz…
A partir de hoy, dejaré hablar más a mi corazón, intentando disfrutar, intentando beber de todo lo que me rodea.
Cuando la cabeza hierve atormentada por las tormentas, lo mejor es dejar hablar al corazón…
Él sabe más de vivir a fuego ardiendo, sabe más de vivir apurando los segundos, sabe más de vivir creando momentos que recordar cuando el tiempo haya avanzado sin compasión y toque hacer recuento, de mucho, de nada, de todo…
Porque entonces, entre ese tiempo, ahí es donde estará lo que nos diferencia, el haber vivido con el corazón, o haber hecho todo lo posible por ocultar su voz.
Que calle la razón, y que hable el corazón…
Dejar hablar al corazón…
Para sentir, amar, gritar, luchar, beber, apurar, caminar, avanzar, necesitar, recordar…
Para sentir y amar más y más cada día.
Para gritar por lo que queremos y poder luchar sabiendo muy bien por lo que queremos luchar.
Para beber de los segundos y así apurar hasta el último trago.
Para caminar siempre hacia delante y no dejar nunca de avanzar.
Para necesitar aquello que sabemos que necesitamos y recordar que nunca lo tuvimos demasiado lejos, que nunca sentimos que no era nuestro. Si no necesitamos nada no habrá recuerdos que grabar.
Dejar hablar más al corazón para ser mejor persona, para vivir la vida a pleno pulmón y sonreír al recordar y hacer recuento, sonreír y no dejar de sonreír…
Dejar hablar al corazón…
Brindo por ello, Rebeca, por la calidez de tus letras y el frescor de tu sentir, por el fuego de tus palabras y el ritmo de ese corazón al que vas a dejar hablar.
ResponderEliminarPor que nunca falten letras en tu blog, por que nunca fallen tus dedos al escribir, por que nunca hagan oídos sordos tus oídos a tu alma, por que tu pecho no conozca el silencio, porque sigas amando la vida, por todo eso...
Brindo.
Un abrazo, Rebeca, y disfruta de todo lo que tienes a tu alcance.