Un día soñé con ser alguien importante y especial para los míos, soñé que mis ideales jamás me abandonarían, soñé que aprendería a amar y ser correspondida, y sobre todo, que aprendería a amarme yo misma…
Un día soñé que pelearía por mis sueños, que nunca me derrumbaría, que no dejaría a nadie que me pisotease, que me hiciera sentirme pequeñita…
Un día soñé que viajaría por diferentes países, que conocería personas nuevas, que distinguiría nuevos mundos y que ello me ayudaría a crecer…
Un día soñé y dejé de soñar, dejé de soñar porque casi todos mis sueños se hicieron realidad, pude tacharlos de la lista de cosas por hacer, de cosas por conseguir…
Hoy sé que quizá tenga más de lo que muchos tienen, y sé que quizá tenga más de lo que pueda llegar a merecer…pero hoy sé que aún hay sueños dentro de mí, que me quedan sueños por soñar y por cumplir…
Hoy sé que nunca dejaré de soñar, de vivir de sueños, hoy sé que nunca podré dejar de ser una eterna soñadora aislada de la realidad, viviendo otros mundos mientras el tiempo sucede lento, sin pausa y a veces con prisa, mientras mis sueños se van fundiendo con la realidad…
Porque son los sueños los que cambian la vida haciéndola más llevadera, y son los sueños lo único que tengo…yo no tengo nada más que mis propios sueños…
Grandes o pequeños...
Sueños...
No hay nada como leer tus sentimientos y tus propios pensamientos en las palabras de otro para enfrentarte a ellos y reconocerlos como ciertos.
ResponderEliminarme alegra verte así, feliz y optimista, pero sin perder ese carcater luchador que embelesa a quien te lee.
Y sí, estoy de acuerdo contigo, todo pasa por lgo y no podría sentirme más afortunado de haberte conocido y de poder leer tus obras.
Ah, y no te preocupes por la longitud de los textos: ya irás alargándolos, encadenándolos, y verás que la longitud de una página cada vez te resulta más corta. Escribiendo como escribes sólo es cuestión de tiempo que lo que ahora son relatos se conviertan en novelas, y éstas en trilogías o tal vez incluso en series.
Un abrazo, Rebecca, y gracias, de corazón.
Sin los sueños, jamas habriamos descendido de la rama de un arbol y echado a caminár.
ResponderEliminarEs el combustible que mueve el motor de nuestra alma.
Hay que soñar hasta el ultimo aliento.
Saludos.