Así se titulaba una carta que hace tiempo una chica le escribió al dueño de su amor.Con su corazón en su mano izquierda, y un bolígrafo de tinta negra en la derecha, escribió, escribió hasta quedarse sin fuerzas.
Luego escondió su corazón, y recostó su cuerpo sobre una lápida desgastada, decidida a esperar, sabiendo que la sombra de la muerte la acechaba, pero algo dentro de su interior ardía con más fuerza y la ayudaba a resistir.
Dicen que el amor todo lo puede, todo lo vence, ¿será verdad?
Lo único cierto es que ella esperó, ella, su corazón y su carta, esperó y sus labios no cesaban de pronunciar ese nombre de hombre, y sus labios no cesaban de canturrear el estribillo de una canción, pero…
¿Encontraría él el camino de regreso hasta el viejo cementerio?, ¿encontraría su corazón escondido y lo colocaría tras su pecho?, ¿se fundirían en un beso de esos que resucitan a un muerto?
Lo único cierto es que ella esperó, y que en aquella carta titulada ‘Sangre Escarchada’ se podían leer estas palabras:
<<Una vez más, tu ausencia me araña la piel, paraliza mis pulsaciones, y empaña de gris las pupilas de estos ojos que se enturbian de tristeza si no estás.
Una vez más, la lluvia tararea en mi alma, y soy incapaz de sonreír.
Las sonrisas se me escapan y por más que estiro mis manos no logro alcanzarlas.Mis labios suspiran las seis letras de tu nombre, te grito, te imploro, pero no apareces.
No apareces y yo estoy perdida sin ti, no logro sentir, ¡no puedo!, porque me arrancaste el corazón cuando te fuiste, llevándote mis ilusiones, mis sueños, mis ganas de vivir.
Me arrancaste el corazón y aún lo sostengo entre mis manos, pero a cada latido se marchita un poco más, se marchita como los pétalos de las rosas al llegar el otoño.
Amor, me arrancaste el corazón, y entre lágrimas lo esconderé, lo sumergiré bajo estos pequeños granos de lluvia congelada, para que la tristeza y la soledad no puedan tocarlo, ya tienen suficiente con acariciarme a mí, lo ocultaré para que sus heridas no crezcan y sus ronquidos aguarden para cuando necesite vibrar de verdad.
Regresa pronto amor mío…ya siento la muerte cerca de mí, y no sé cuánto tiempo podré sobrevivir, sabes que me cuesta hacerlo sin ti…pero lo intentaré…por los dos lo intentaré, ¡te lo prometo…!
Regresa pronto, que yo estaré aquí esperándote, sobre esta lápida de incoloro mármol que lleva mi nombre, te esperaré, te esperaré con la esperanza de que encuentres mi corazón y lo coloques tras mi pecho, y con un beso ardiente, tu aliento y tu calor, me despiertes de la muerte, y me muestres de nuevo el camino a casa…ese que tantas veces se me olvida…
Con la esperanza de que me muestres de nuevo el camino a casa, y entre susurros como tantas veces, mirándote a los ojos, pueda cantarte… “Finally I've found, that I belong here”
¡No tardes!
Estaré justo aquí, bajo la oscuridad, bajo esta luna y estas estrellas que quizá hoy tampoco brillen, donde la nieve blanca se mezcla con la sangre, y la sangre se convierte en escarcha…
Te ama, y te amará eternamente,
Elizabeth.>>
Lo único cierto es que ella esperó, y entre los silbidos del viento se podía distinguir un eco dulce que decía: “And I thank you, for bringing me here, for showing me home, for singing these tears… Finally I've found that I belong here”...
THE END
+ Canción titulada “Home”, del grupo “Depeche Mode”.
http://www.youtube.com/watch?v=YH69KwNhVLk&feature=related
+ Fragmentos en negrita, creados para un micro-cuento, para el concurso de “Retrum 2: La Nieve Negra”, del escritor Francesc Miralles.No hubo suerte, pero dónde se cierra una puerta, a veces se abre otra, ;-) y la inspiración sigue su curso.
Al leer el título de la entrada pensé wue volvías a la carga con las historias de Erzebeth Báthory, ya sabes lo de las perlas de sangre en la nieve y tal (estupendas para enfriar un bloody Mary, lo cual me recuerda... cuando tengamos más confi te tengo que pasar una estupenda receta alternativa al Bloody mary pero con absenta verde, fijo que a ti y a tu chico os encanta ^__^). Lo que no me esperaba era una carta de amor.
ResponderEliminarY una vez más, me gusta. Me recuerda a un relato que escribí para un taller literario cuando tenía tu edad, más o menos, se llamaba "Omae el titán", una mezcla de El mito de la caverna de Platón, el corazón delator de Poe y "El monte de las ánimas" de las leyendas de Bécquer (que digo yo que habrás leído sus rimas y leyendas, porque si no es pa darte, ¿eh?). En mi relato el corazón, en vez de salir al aire, quedaba sepultado en la coraza y... qué leches, a ver si algún día lo rescato y lo cuelgo.
Sea como sea, basta de hablar de mí, me gusta tu entrada: buenas letras, buenos sentimientos (aunque dolorosos), buena prosa, buen ritmo y buena música.
Un abrazo!
PD Como bien dices, cuando una puerta se cierra, otra se abre. Sigue insistiendo porque está claro que merece la pena, no sólo escribir por todo lo que ello comporta, sino tamién participar en concursos, pues si no compartimos las letras con el resto, si las guardamos para nosotros, las cosas pierden un poco (sólo un poco, aunque un poco importante) su sentido.